11-09-2019
Francis Mojica: pasión por la ciencia
En agosto de 1993, hace ahora exactamente 26 años, un joven microbiólogo que estaba realizando su tesis doctoral en el Departamento de Genética Molecular y Microbiología de la Universidad de Alicante (España), publicó su segundo artículo (1). En el departamento, que dirigía el Prof. F. Rodríguez-Valera, estaban interesados en estudiar la genética de un tipo de microorganismo capaz de sobrevivir a altas concentraciones de sal, Haloferax mediterranei, una arquea aislada unos años antes en las salinas de Santa Pola (Alicante). Para ello, secuenciaban fragmentos del genoma de esta arquea buscando zonas que se expresaran diferencialmente según la concentración de sal. En este trabajo (1), entre otras cosas, describían por primer vez unas secuencias repetidas en el genoma de Haloferax mediterranei.
Dos años después, publicaron otro trabajo (2) en el que describían la presencia de regiones de hasta 1,4 Kb de repeticiones en tándem, que denominaron TREPS por "tandem repeats", en el genoma de varias arqueas halófilas. La presencia de secuencias repetidas en el genoma de microorganismos ya se había descrito antes en Escherichia coli y en otros Gram negativos, y en Mycobacterium tuberculosis. Sin embargo, en ese momento muchos pensaban que esas secuencias repetidas no eran más que una curiosidad de los genomas microbianos y no se tenía ni idea de cuál podría ser su función.
Cuando aquel joven microbiólogo alicantino terminó su tesis doctoral, siguió intentando dilucidar el misterio. Aquel joven, se llamaba Francis J. Mojica y lo que entonces ignoraba es que sus dos trabajos antes mencionados fueron el inicio de una historia apasionante.
Mojica se percató de que ese patrón de repeticiones y espaciadores que se habían encontrado en los genomas de tres tipos de procariotas tan alejados desde el punto de vista evolutivo (bacterias Gram negativas, bacterias Gram positivas y arqueas halófilas) no podía ser mera coincidencia. Debía tener una función y esta debía ser importante si era común en microorganismos separados por millones de años de evolución. Mojica y sus colaboradores se dedicaron a "coleccionar" secuencias repetidas similares en otras bacterias y arqueas y a compararlas. En el año 2000 (3), Mojica denominó a estas secuencias SRSR (del inglés short regularly spaced repeats, repeticiones cortas regularmente espaciadas).
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